Ir al contenido principal

Entradas

Entrada destacada

Ahí Queó..!

Entradas recientes

Creo en Tí..

  Yo creo en  Dios . Creo en  Él . Tengo mis motivos. Tengo mis razones. Creo en su  Palabra . En su  magisterio . En su  divinidad . Creo en su  bonhomía . En su infinita  gracia . En la forma que tiene, que tuvo y tendrá de susurrarme las cosas. Creo en su  Todopoderosa  creación. En los guiños que cada día suelo encontrar en torno a su nombre. En los detalles nimios que suele dejarme cerquita de la luz de mis rezos. En definitiva, tras más de cuarenta años y algunas canas, creo en  Dios .  A pies juntillas.  De manera indudable. De manera sencilla. Y es que yo creo en ese  Dios  hecho madera o hecho  Forma . En ese  Dios  echo  Virtud  que paraliza mis horas. En ese  Dios  que subraya los renglones de la vida cuando la vida es un desagüe de llantos. Lo encuentro sin buscarlo. Lo llamo sin mencionarlo. Lo tengo cuando me caigo. Creo en  Dios  por culpa de mi abuela, que me enseñó que más allá de las nubes la esperanza es un rayo de vida. Creo en  Dios  cuando varias personas lo nombr

La Vecina del Sur..

  Cuando los cerrojos de las puertas de la   Parroquia de San Juan Grande , allá por   Puertas del Sur , se descorren, los vecinos y los curiosos del lugar saben que algo grande va a pasar tras esos muros que aún no tienen edad para contar las humedades por decenas.     Grandes son las puertas.    Grande es el crucificado que expira vida por sus ojos.    Y grande es la  Virgen del Amparo , la vecina que poco a poco va rigiendo los pulsos del reino del Sur.    Y no es grande por su tamaño o por sus dimensiones. Lo es por la grandeza de su sencillez y por su corazón tejido de promesas que se van alistando al papel de estraza de su infinita bondad.   Ella  mejor que nadie, está entendiendo al barrio que la cobija.    A su manera.  Sin que nadie le diga nada.    Con esa forma que el quiebro de su mirada dibuja al caer la tarde, y que una vez más dieron color a las horas del sábado pasado, toda vez que un nuevo  Rosario Vespertino  se alojó en el recuerdo de las nubes que la vieron gobernar

Tu recuerdo..

  La otra noche me desvelé, y te busqué entre mis recuerdos, esos que guardo en una pequeña caja con tu nombre.   Me senté en el suelo a eso de las 4 de la mañana, me la coloqué en mi regazo, y comencé a recordar nuestra simple y sincera mirada.   Se que a día de hoy me odias.   Se que me equivoqué y te perdí.   Se que jamás volveremos a hablarnos.   Pero aún queda mucho de ti en mí…   Y las excusas ya no son el pan de mí día a día...   Al rebuscar en esa caja, me topé con fotos donde me mirabas…   Vi un pequeño cuaderno con la tapa verde donde escribí todos esos lugares que alguna vez soñé con ver amanecer a tu lado…   Y entendí que la vida es menos vida si tú no estás en ella…   Asumo que te ofrecí lo poquito que era.   Te di mi egoísmo, mis miedos y un puñado de lágrimas y gritos.   Y te mostré todas las sombras de mis noches.   Pero la misma  Esperanza  que un día quiso que nuestros caminos se cruzaran, fue la que decidió que volaras, que pises con fuerza tus senderos y que le sonr

Qué poco queda..

Renace de mis silencios un racheo de alpargatas al desempolvarse marzo entre rumores y bandas y el azahar se perfuma se sonroja y se descalza mientras las luces sombrean besamanos y miradas.   Todo se va preparando con la ilusión de las hadas para vivir la  Pasión del que caminó en volandas cerquita de la frontera de los compases sin playa.   Las calles son un rosario de adoquines color malva para que la  Entrega  llegue acortando las distancias.   Por  San José  se sonríen y en la  Merced  se desatan las negaciones de  Pedro coronando la cruzada de albarizar mariquillas entre ladrones de plata donde el  Perdón  nos escucha y pespunta las plegarias de una  Madre  que nanea mis  Angustias  de melaza.   La  Sed  es un sacrificio que por  Amor  se desangra. La  Verónica  le seca las penitas a su cara. Socorro  va susurrando a la  Catedral  sus llagas… y la  Cena  va izquierdando la plata más repujada mientras los toreros rezan paseíllos de mansalvas.   El pelícano se inmola entre dados y