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Mostrando entradas de 2010

Tu mirada

Las noches guardan silencios  los silencios guardan sueños   los sueños guardan suspiros los suspiros guardan quimeras    las quimeras guardan dolor    el dolor guarda sufrimiento    el sufrimiento guarda vida    l a vida guarda recuerdos   los recuerdos guardan instantes  los instantes guardan guiños    los guiños guardan momentos    los momentos guardan besos   los besos guardan veneno    el veneno guarda sonrisas    las sonrisas guardan secretos   los secretos guardan sombras    las sombras guardan caminos   los caminos guardan huellas   las huellas guardan historia la historia guarda el presente    y el presente guarda miradas.   - ¿ Y quién guarda las miradas?  - Eso lo tendrás que ir descubriendo con el paso de las cicatrices; lo que tengo claro es que las mías quiero que me las guardes tú.

Aquella mañana.

Descubro mi alma ante la aurora una mañana en la que el sol se desnuda, me desprendo del egoísmo, y mis dudas se escapan al sentirte a ti por unas horas. Sólo pienso en tener fuerzas suficientes para portarte por tus calles dignamente, quizás este año me sonría la suerte y pueda contar -¡al fin! que logré sostenerte. Los nervios se desatan por mis venas cuando alguien requiere mi presencia, y al acercarme a ti, siento la esencia que desprende tu figura serena. Y al meter mi hombro bajo tu manto, los anhelos y deseos deambulan inquietos; intento centrarme, respirar, tomar aliento, no puedo perder el paso de tu encanto. En cada chicotá voy deshojando mis días y me descubro cuando te tengo enfrente, mi mirada de la tuya se muestra pendiente la tuya hacía la mía por fin es correspondida. El cansancio en mí se hace presente, las fuerzas que ayer tuve se van gastando, la tristeza en mi rostro le va ganando el pulso a mis ganas de servirte siempre. La luz de tu capilla de nuevo te ilumina, e

Su mirada

Hay miradas que buscamos desesperadamente entre la multitud, por que ansiamos vernos reflejados en ella. Hay miradas que dejan huella en nuestra alma y hay miradas que necesitamos que sean cómplices de nuestro caminar para que nuestro corazón siga latiendo. Hay miradas que cuando nos son correspondidas dibujan en nuestros rostros sonrisas que iluminan todo a nuestro alrededor, y a veces nuestro alrededor pide a gritos que sea iluminado; simplemente, hay que compartir miradas. Hay miradas que buscamos toda una vida. Hay miradas que guardan secretos bajo llave y hay miradas que, sólo de pensar que no la tendremos cerca, pueden hacernos daño. Hay miradas esquivas, zalameras, eternas, sinceras, egoístas, nerviosas; las hay rabiosas, preocupadas, impotentes, soñadoras, tristes, enamoradas; quien no ha tenido enfrente alguna vez una mirada dubitativa, cansada, ilusionada o expectante. Hay miradas que sufren, que ríen, que lloran,... otras son capaces de trasmitirnos ira, y otras provocan esc

Alli te encontré

Donde el tiempo dormita y los reproches callan. Donde el olvido se escapa y los sueños comienzan a tener forma. Donde las caricias se buscan y la soledad se ahoga. Donde el corazón respira y los silencios hablan. Donde habita tu voz y se posan tus ojos. Donde pierdo mi mirada reflejandose en ella tu alma. Donde los sentimientos tiemblan y las sonrisas se presentan nerviosas. Donde los escalofríos se suceden cuando es a ti a quien tengo enfrente. Donde las cicatrices supuran y los besos se roban. Donde las promesas que ayer nos dijimos ansíamos que sean ciertas. Donde la confianza busca cobijo entre mis palabras y el tiempo es el mejor aliado que tengo para que seas mía. Donde la noche protege mis miedos y el alba hace que los tuyos de nuevo florezcan. Donde la pasión es fugaz y los recuerdos empiezan a amontonarse. … Es en los pequeños detalles donde te encuentro cada dia, alli donde reposa el aroma de tus labios, alli donde te muestras ante mi sin mas, alli donde eres tu, a

¿Será el mi Dios?

Cada uno cree en Dios a su manera. Es cierto que yo no necesito de una forma material, tangible y plástica para saber que existe, pero desde que viví en Sevilla no puedo dejar de buscarlo cada Martes Santo. Cuando yo estudiaba en el Rectorado, a eso de las doce de la mañana, iba a buscarlo a su reducida y coqueta capilla, recordando mis pasos al niño que creció al amparo de su Madre; me sentaba en el ultimo banco –eso aun lo sigo haciendo- y clavaba mi vista en sus dedos, en sus manos, en sus muñecas, en sus brazos,... y haciendo un recorrido por todo su cuerpo roto, agotado y cansado, le iba contando las dudas que asaltaban mis noches y las alegrías que se me escapaban por entre los días. Han pasado ya diez años desde mi estancia en Sevilla, y hoy de nuevo me he vuelto a acordar de Él, y sin quererlo –o por que Él así lo quiere-, he cerrado los ojos, he soñado con su salida, y he sido capaz de volver a escribir. Se acrecienta tu sombra al caer la tarde proyectándose sobre la multitud

Convivir con mi sombra

Camino estos días por la vida sin rumbo fijo; será que de nuevo me he vuelto a encontrar, y de nuevo me he vuelto a dar asco. ¿Quién soy? ¿Quién pretendo ser? ¿Quién he sido? No me reconozco. Me miro en cualquier espejo y soy incapaz de saber quien soy. ¿Qué me está pasando? ¿En qué me he convertido? Creo que sólo Dios lo sabe. Pero el problema es, ¿lo sabré yo? De nuevo estoy perdido, y de nuevo estoy haciendo daño a gente que sé que me quiere, pero no se que me está pasando, no se por qué me escondo en un silencio que cada vez es mas grande que mi propia vida. He llegado de nuevo al punto de pensar que mi vida no merece la pena: ¿serán palabras que el viento arrastrará o será de nuevo la realidad que me rodea? No tengo ni idea. Pero es difícil convivir con mi sombra, es difícil vivir con alguien tan inestable como yo, con alguien que de nuevo se encuentra perdido. ¿Alguien podrá ayudarme a encontrar mi camino? ¿O al menos un camino que yo pueda recorrer sin tener que mirar constantem

Quisiera

Quisiera no haberte conocido,  para no tener que despedirme de ti;   Quisiera no haberte mirado,  para no tener que buscarte entre la multitud;  Quisiera no haberte besado,  para que mis labios no me susurren tu nombre en mis oídos;   Quisiera no haberte amado,  para que no cayeras en mi olvido;   Quisiera no haberme enamorado,  pero fui frágil;   Quisiera no haberte perdido,  para no tener que maldecirme;   Quisiera no haberte recordado,  para que el daño fuera efímero;   Quisiera estar solo,  pero tu sombra es demasiada alargada;   Quisiera no haberte querido,  pero se esfumaría la única razón de tu existencia;  Quisiera no tener tiempo,  para no hacerme más daño;   Quisiera tener alma,  pero me la robaste;   Quisiera,... 13.marzo.2005

El azulejo de Santiago.

Sería la otra mañana; esperando el semáforo en la calle Ancha, detuve mi vista en la iglesia de Santiago, y aún no me podía creer que estuviera cerrada, que se estuviera cayendo por nuestra dejadez, por nuestro egoísmo..., y concluí que es cierto aquello que se dice de que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, en este caso, cuando se nos cae. Vagando estos pensamientos por mi cabeza, mi coche se paró justo a la altura del azulejo del “Prendi”, aprovechando ese fugaz momento para santiguarme, y para guiñarle un ojo al recodarle que siga velando por mi hermana pequeña. Como el tiempo de espera comenzaba a alargarse, y como seguía parado en el mismo sitio, me fijé en las flores que cuelgan de este azulejo, que se multiplican por día, y no entendí cómo seguían allí colgadas, si el “Prendi” ya no estaba en su Iglesia. Pero anoche caí en la cuenta, y desde estas líneas quiero pedir perdón, por que al pasar de nuevo por Santiago, entendí – me lo susurró el viento, y lo corroboró

Y la luna lloró.

La tarde se despertó de su siesta triste, había soñado que no podía ser, que este año no podías pasearte por los alrededores de tu colegio para abrazar los corazones de tus niños entre las cuentas de tu rosario; y no se equivocó. Aun así, el tiempo nos dio una efímera tregua, y nos regaló unos rayitos de luz que se reflejaban en los mofletes de tu Hijo. Y ante las puertas del templo se presenció cómo la Madre de Dios nos susurraba a los oídos que Ella es el faro que alumbrará hasta buen puerto los navíos de nuestras vidas, cuando los temporales se crucen en nuestros caminos. Pero al llegar a la calle Latorre, la Luna lloró. Ella tendrá sus motivos, aunque las estrellas que más tarde se atrevieron a salir comentaban que no pudo aguantarse más, y soltó sus lagrimas porque Tu belleza eclipsaba, por una noche, la suya. Pero aunque la Luna llorara , tenías a 40 corazones fajados entre sudores que no te dejaron sola, y cuanto más fuerte golpeaban las gotas sobre los noche, ya rota, más se ab

No puedo seguir así

He silenciado mi voz, pero no he podido silenciar a mi alma; he callado por un tiempo, pero es el mismo tiempo el que me pide que hable; he intentado que tu ausencia no me afectara, y me ha afectado más de lo que yo creía. Por que desde hace muchos años, tengo la certeza de que soy de ti, y es a ti a quien extraño por los recovecos de mis días. Porque el seguir caminando sin la compañía de tu sombra hace que mis huellas se muestren nerviosas cuando creo que piso tierra firme. Porque he ido a buscarte a tu capilla, y no es la misma sin ti. Porque me he sentado en esos bancos y, al mirar al frente, no te he encontrado. Porque se que te encuentras a unos metros de mí, pero se me hacen tan distantes. Porque he querido llamar a la puerta y verte, pero ya sabes, soy un simple hombre. Y aun así, tengo que entender que es por tu bien, que debo de tener paciencia, y que muy pronto volverás –reluciente- a tu camarín-, pero al pasar por las Angustias, aparece un pellizco en el corazón, que no me