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Mostrando entradas de marzo, 2012

La culpa fue de Él.

Los que le conocen bien saben que lleva algún tiempo triste. Más de una tarde lo han visto deambular sólo por las calles, alejándose del mundo, con la pena contenida en la mirada. No ha sido un buen año para él, y aún no sabe cómo va a reaccionar cuando te tenga enfrente. En los últimos días se ha ido mirando en los espejos del recuerdo, y cada vez que alguien menciona lo que pasó aquella maldita noche, de su costado brotan oscuras lágrimas que le hacen sentirse humano. Asume con resignación lo que pasó. Da por hecho que nadie va a creerse su versión. Todos le hemos tildado de culpable pero hoy, cuando el calendario atraviese de dolores un viernes, se tiene prometido acercarse por tu casa, por nuestra casa, para inclinar su cabeza y detener su temple entre bastidores de disculpas. Sabe que no estará sólo. La luz de la primavera lo acompañará hasta la puerta. El vuelo de las palomas velará de sus sombras. Los ruegos de los vecinos le tomaran de la cintura para que no le asalten las duda

Apenas queda tiempo...

De forma silenciosa, la luz de la primavera ha ido coqueteando con los aires de las veletas para besarse a escondidas entre geranios y macetas. En Cristina, las sombras de las palmeras han ido quedando durante toda la Cuaresma, a eso del mediodía, pues tenían que colorear de aromas cierros y balcones, y entre los adoquines de Tornería, a media tarde, ya se escuchan los susurros de una turba que en pocos días querrá hacerse presente en una Cena de izquierdos acompasados. Los zaguanes de la espera han ido reflejando entre sus brazos las caricias inmortales de hombres fajados bajo estrellas y sueños, y en los repelucos de la noche, las alpargatas gastadas por los esfuerzos han garabateado quimeras que se han ido perdiendo bajo el pulso de los racheos. Los cristales de los comercios nos han ido anunciando -sin levantar la voz-, que el Morfeo más pasional se está despertando entre inciensos y azahares, aunque este año haya tardado en brotar, y en la plazoleta del Villamarta aún retumban los