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Mostrando entradas de 2013

Balance

Horas antes de que este catastrófico año 2013 expire y se quede sepultado en algún pasillo de la memoria, de esos que todos tenemos y que con el paso de los días se irán revistiendo de polvo y humedad, la tarde del 31 tengo una cita con la costumbre. Desde hace años me gusta buscar un rato para buscarme bajo la soledad de un folio en blanco y repaso, con una leve línea en medio, lo bueno y lo malo que ha traído este año que agoniza bajo las hojas de su calendario. Es una simple tradición que finaliza con la quema de dicho papel y viendo cómo esas cenizas que forman parte de mí serán el punto de partida para un nuevo año que asoma levemente su cabeza. Y este año que apura sus últimas horas ha tenido de todo. Encontraré que en lo personal el silencio ha sido el mejor aliado para no hacerme daño ante la indolencia de los de mi misma sangre; quizás algún día estalle, quizás algún día se den cuenta, pero por ahora prefiero guardar mis gritos para evitar que el arrepenti

Sorteos

La Navidad trae consigo, aparte del frío y la lluvia para que los caminos se hagan, recuerdos, buenas intenciones y sobre todo, días de muchas ilusiones. Hoy precisamente es uno de esos días rebosantes de ilusión. Gracias al Sorteo de la Lotería, la mayoría de nosotros soñaremos con  castillos en el aire e hipotecas pagadas mientras de fondo se oyen las voces de los niños de San Ildefonso. Si ya de por sí apenas me gustan estos días, este en concreto se presenta como el menos indicado, quizás porque nunca me ha tocado nada en dicho sorteo, quizás porque no soporto el efecto secundario de tener que ver a un grupo de desconocidos festejando su destino en torno a unas botellas de champán, mientras te dices a ti mismo: “ ainssss, si yo pillara ese dinero ”. Conociéndome como me conozco, si algún día la diosa Fortuna llenara mis bolsillos de euros y más euros, creo que sólo se enterarían de ello unos cuantos amigos que hacen que a pesar de la que está cayendo y de la que

La Esperanza

Desde pequeño crecemos con el convencimiento de que la esperanza esconde esa última mirada que nos encuentra entre la multitud; que en el  silencio de la noche guarda el último aliento que nos empuja a seguir; que sin abrir la boca nos ofrece las últimas palabras que hacen que de golpe se sequen la lágrimas que tiempo atrás abandonaron nuestras mejillas. A medida que nuestra piel tarda más tiempo en mudar su color, una voz consejera, surgida del lugar más inesperado, nos hace ver que la esperanza es lo último que se pierde, pero cuando te armas de valor para preguntarle cómo se cuida, dónde habita o cómo se acuna para que nunca nos falte, no hay respuestas ante este misterio de la vida. Yo, que he esperado para ser mayor y encontrármela por la calle, o sentirla entre los acordes de una melodía, o abrazarla en la infinita paz que nos ofrece un atardecer de olas y espumas de invierno, aun no la he encontrado, y lo peor de todo, es que siento que la he perdido. Perdido

La señorita Inma

Con el paso de los años uno va acumulando recuerdos, instantes, sonrisas; llantos, aromas, escalofríos; guantadas sin manos, quimeras de ensueños, pellizcos al atardecer;… puntadas, en definitiva, que conforman una vida. Una vida en la que cada cual hace y deshace con todo esto lo que buenamente puede; habrá cosas que se puedan echar al olvido, y habrá otras que sean imposibles de olvidar. Y entre estas últimas yo tengo alojada en mi cabeza la sonrisa de la señorita Inma. Permítanme que hoy les hable de ella, y de su sonrisa.   La señorita Inma se coló en mi vida hace ya bastantes años, y desde entonces se encarga de alegrar mis días cuando más decaído me siento. La señorita Inma me ha demostrado con el paso del tiempo ser más que una compañera de profesión; pocas se han atrevido a decirme eso de “esta es tu casa, pasa sin necesidad de llamar al timbre.” La señorita Inma confía - sin yo merecerlo-, en este simple escribano y en las aventuras y desventuras q

Zambombas en Jerez

Si alguien le preguntara al Hijo de Dios si estaría dispuesto a nacer de nuevo para redimir los pecados del Hombre, estoy seguro de que en esos momentos Jesús guardaría silencio, más que nada para no herir sensibilidades y así poder valer más por lo que calla que por lo que dice. Pero si ese mismo alguien -antes de formular esa misma pregunta-, le dijera a Jesús por lo bajini que es jerezano, estoy seguro que éste buscaría de su altillo la cuna que su padre le hizo una noche con maderas de portalito oscuro, quitaría las telarañas y rogaría que le susurrara una nana de esas que hablan de caminos y hojitas verdes.   Y es que, le pese a quien le pese, la Navidad en nuestra ciudad suena de manera especial. Será cosa del compás, del duende o del embrujo; será cosa de los gitanos de Santiago o de los nacidos por San Miguel; tendrá alguna culpa la calle de San Francisco, esa que sólo por Diciembre se vuelve larga y serena,… pero algo se esconde en la forma de cantar estos vi

Rebuscando

Al bajar la basura la otra noche volví a verlo. Entre sus brazos llevaba la hipoteca de un par de cartones, tapaba sus manos con unos guantes roídos por el tiempo y su aliento desprendía la fatiga del primer sorbo dado a un tetra brik de tinto caliente. Me fijé en su maltrecha espalda, y descubrí unas cincuenta puestas de sol vividas en soledad; presté atención a sus huesos, y oí a la humedad corretear de felicidad por ellos; procuré no pisar su sombra, y sentí a sus zapatos buscar las huellas de un nuevo soportal donde velar los sueños por un par de horas. En esos momentos pensé que si su piel pudiera hablar, si su llanto se pudiera contener, si su voz se pudiera escuchar,… Desconozco su nombre, ignoro su historia, no sé de donde viene ni sé hacia dónde va, pero en mis bolsillos guardo su melancólica mirada, esa que andaba rebuscando algo que llevarse a la boca entre los contendedores de basura como si fuera una rata de vertedero.   Abría y cerraba cada biomb

Calentando motores

De nuevo noto su presencia cerca de mí. Le está costando más trabajo que otros años llegar, pero su aroma, esa esencia que desprende su cintura, ese danzar de puntillas sobre el alambre del consumismo, ese desgarro en forma de villancico de la tierra, son huellas que sólo ella sabe dibujar en el tiempo. Durante años caí en la trampa de su letargo, en el abrazo de su llegada, en el sonrojo de su mirada; al marcharse me prometía esperarla en la vuelta de la esquina, pero antes me sorprendía, acariciando mis mejillas con los primeros fríos de la noche. Aunque este año ha sido diferente… Al detener el coche a la altura de lo esperado, allá por los medios de Cristina, la he visto empaquetada y entre vallas, no vaya a ser que se arrepienta de haber venido, no vaya a ser que se escape de entre las manos de los que aún tienen que exprimirla, tomando su nombre en vano. Y de aquí a nada su presencia se desbordará.   En cuestión de horas se irá acomodando en los probad

Sueño cumplido

El pasado sábado el Teatro Villamarta apenas pudo conciliar el sueño, pues cada vez que cerraba las bambalinas para descansar veía en escena el rostro de felicidad de un “ popero andaluz” que de pequeño escuchaba a los Beatles y que, por cosas del destino, vive en Madrid pero tiene la veleta de sus pulsos mirando hacia el sur. Éste se presentó elegante, con una corbata negra que de seguro su madre habrá guardado entre barcos de papel y pétalos marchitos, pues lleva cosida a sus costuras el aroma de la satisfacción al sentirse - al fin-, profeta en su tierra. Y lo hizo precisamente ahora, cuando Otras Vidas, el último aliento salido de su corazón, comenzó a dar sus primeros pasos en nuestra tierra, en nuestra casa, en su casa, esa que tuvo que ver cómo su música se vendía un día para no volver. Les hablo de David de María, ese jerezano que correteaba de pequeño por San Miguel y  que se perdía por la calle Cantarería, ese que lleva por bandera, en sus caminos de ida y v

Enjaulados

Cuando el sol se despereza de su letargo, cuando de golpe planta sus pies fríos sobre el silencio de la oscuridad, cuando se llama a sí mismo para corretear por entre las azoteas con ganas de terminar de secar las ropas del día anterior, éste comienza a dibujar sus primeros rayos de sol de manera tímida, apocada, casi de puntillas para no despertarnos de nuestros últimos sueños con la danza de sus rayos. Es curioso. Gracias al “Dios Ra” el ser humano puede calentarse, puede broncear su piel, puede enmarcar sus pulsos y sus emociones,…  puede vivir en definitiva, pero a veces, éste nos habla rompiéndose la garganta y apenas no damos cuenta de sus palabras. Y esto es algo que, cada vez con más frecuencia, nos está pasando. Siempre rondó por mi cabeza la premisa de que el ser humano estaba creado, o surgió porque alguien así lo quiso, o somos producto de un sueño que se desvelará cuando cerremos los ojos,… para vivir en sociedad, para no aislarse, para compartir la vida c

Halloween

Cada cierto tiempo el ser humano cae en las redes del modismo y del miedo, quizás para no verse señalado, quizás para no verse excluido de esta sociedad carente de personalidad, volviendo a demostrar su borreguismo hace un par de días con la fiesta de Halloween. Una fiesta que se cuela en el calendario con el mismo patrón que lo hace la del Día del Padre, la del Día de la Madre, la del Día de los Enamorados,… y con los hipermercados y los kanitos de turno como verdaderos valedores de la misma, por el bien de sus arcas y en detrimento de nuestras carteras. Como buena fiesta comercial, ésta presenta dos bandos: a la diestra tenemos a sus defensores y a la siniestra tenemos a sus detractores. Y es este último bando y las ganas de hacerse oír, con argumentos banales y partidistas, lo que me irrita de esta fiesta, sobre todo los que tienen alguna vinculación con el mundo de la Iglesia.  Una Iglesia que, mire usted por donde, creo que tiene reservado en el calendario al

Ni un dedo.

Diez deditos como diez solecitos tenemos los seres humanos en nuestras lindas manos… y a la hora de la verdad no los movemos por nadie. Para llegar a esta afirmación no me he tenido que quebrar mucho la cabeza, solamente he tenido que ver, leer y escuchar las noticias surgidas en los últimos meses entorno a mí alrededor, y comprobar a su vez la reacción que la masa social que me rodea ha tenido ante ellas. Es un esquema sencillo como ven, causa- efecto se podría decir. Para darle mayor contenido a esta esclarecedora teoría también incluyo la opinión de algunos contertulios televisivos, a los que desde aquí agradezco su implicación en la misma, ya que hayan dejado de salir en la tv por mí durante al menos un par de horas, y aporto las opiniones de cientos de miles de usuarios de algunas redes sociales, valedores al fin y al cabo de este pensamiento dominguero. Conclusión: no movemos un dedo. Escuchamos una noticia y agitamos el árbol de la rabia, el de la incomp

El Domund.

Hoy domingo se celebra la jornada Mundial de las naciones, es decir, el DOMUND, el día en que la Iglesia universal reza por los misioneros y misioneras, colaborando con ellos y por su labor evangelizadora, labor que se desarrolla la mayoría de las veces  más allá de nuestras fronteras. Al llegar este día siempre recuerdo el consejo de un viejo cura de pueblo cuando le puso freno al ímpetu de un compañero de clase al comentarle éste que quería irse a las misiones para serle útil a la sociedad. El cura, con la experiencia que da unos alzacuellos con arrugas, calmó sus ilusiones animándole a que se formara, a que creciera, a que buscara su propio camino para que siempre pudiera regresar a casa con la cabeza alta.   Demasiadas cosas le pidió este cura en esos momentos a un amigo que ese día llevaba los zapatos cambiados. Pero es cierto que cualquiera no sirve para ser misionero; hay que estar formado, hecho, preparado para saber recomponer un corazón que cada dos por t

El Patrón.

En la Muy Noble y muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera uno se puede encontrar de todo por estas fechas: tenemos noches Azules y Blancas, Veladas del Pilar y un día de fiesta enmarcado en rojo donde nos acordamos de nuestro santo patrón. El jerezano siente por San Dionisio –con cabeza o sin ella- algo difícil de explicar y complicado de controlar al llegar el 9 de octubre.     Ese es el principal motivo por el cual nosotros vivimos ese día como algo especial, abarrotando las calles en cada uno de los actos que se conmemoran, como así sucede con el traslado del pendón.      Mientras que este día puede resultar absurdo o un sinsentido en la historia de cualquier otra localidad cercana, para Jerez supone todo lo contrario; jamás, y repito, jamás verán a un jerezano darle la espalda a su pueblo y alejarse de sus fronteras en busca de otros centros comerciales u otras capitales de provincia el día de su patrón.    Es tanto el cariño que se vive en la ciudad al llegar

Sonrisas

Coincidiendo con el primer viernes del mes de Octubre, los inquilinos del planeta tierra tuvimos la suerte de celebrar en nuestros hogares y zonas vitales “el Día Mundial de la Sonrisa 2013”. Según he podido saber, esta fiesta surge con “ la sana intención de buscar y ver el lado bueno de las cosas y de la vida ”. El creador de esta efeméride fue el americano Harvey Ball , y el objetivo que perseguía con esta celebración es que al menos, durante un día al año, debemos de ser amables tanto con los seres conocidos como con los desconocidos, repartiendo para ello sonrisas con las que alejar, por unas horas, nuestros problemas políticos, religiosos y/o económicos. Ahora entiendo porque cuando me miré en el espejo el pasado viernes apenas me importó verme el cartón; es más, me vi hasta más alegre  y como con el guapo subido. Y pensando en cómo me fue el resto del día, recuerdo que volví a ver un telediario sin la impotencia al lado; sonreí al ver que aún no me han salid

Otoño, seas bienvenido

                              Desde hace un par de días la ciudad anda ansiosa por su llegada. No se lo ha dicho a nadie, pero su corazón no está bien. Es un secreto a voces que sólo comparte con aquellos que desean escucharla cuando el sol le echa cerrojos a la tarde; con el paso de los siglos ha perdido el miedo a contar a qué saben sus lágrimas, y de vez en cuando suelta algunas para calmar así a su soledad. Cuentan que cuando en el cielo alguien se pone a dibujar nubes de pegatina junto a la cúpula de la Iglesia de la Victoria, le han escuchado decir que le gustaría ser libre… Libre para corretear descalza por sus propias calles y juguetear en cualquier plaza con las hojas caídas del calendario de la espera. Libre para proteger su piel de los primeros escalofríos callados y saber a qué sabe un abrazo cuando la voz enmudece. Libre para ir a buscar los cimientos de sus fronteras y dar respuesta a tantos por qué que se pierden entre la piel de sus labios.  A vec

El centro

Tengo la suerte de ir descubriendo por día que pasa a una de esas personas que, teniendo en la cabecera de su cama los quejíos del Torta, la gitanería de Terremoto o las espantás del Paula, la vida ya no le coge de sorpresa.  Él se llama Juan Peña, nuestro “ Peñita ” de toda la vida, uno de esos cámaras gráficos que - cada vez que le dejan-, es capaz de enfocar con su lente lo que su corazón embarbado le dicta.     Me gusta escucharle cuando habla porque apenas tiene que levantar la voz para hacer oír su discurso en este mundo donde cada día se grita más y se acaricia menos. Cuando nuestros caminos se separan es cuando me doy cuenta de su grandeza.   La última vez que tuve esa sensación de querer saber más fue el pasado viernes cuando yo defendía, con vehemencia y pasión, el pensamiento enérgico y egocéntrico de que “el centro de Jerez sólo se llena cuando un paso está en la calle”. Él, atento a mis palabras y sin alterarse, apenas puse punto y final a mi alegato cofrade

Relaxing

                     Una vez que la alcaldesa del Madrid de los Austrias pusiera una pica allá en Buenos Aires con el objetivo de que su ciudad -y solamente su ciudad- alcanzara el anhelado sueño de ser olímpica, me quedo con dos pensamientos.  El primero, ¿esa mujer no podría haber ido a una peluquería el día antes? Conozco a algunas que por menos, más dinero invierten en disimular sus canas.  Y segundo, el índice de natalidad que contempla el número de maestros liendres por metro cuadrado en Hispania sigue creciendo de manera progresiva.  Creo que ahí somos líderes indiscutibles.  Porque se da la circunstancia de que ya no sólo son los tertulianos de turno, esos que salen a todas horas en su tele y en la mía los que se ofrecen para dar enseñanzas a los demás sobre cualquier materia, sino que entorno a este tema del inglés cada uno de nosotros nos hemos formado una opinión y la hemos compartido rápidamente con los demás.  Y la verdad que no me extraña, conociendo de oídas nuestro

El Noveno

Si es cierto esa ley no escrita, pero manoseada por el boca a boca, de que el hombre es el ser más inteligente que habita entre los horizontes de esta tierra, éste debería de ir cada cierto tiempo al panel de ajustes y ser mucho más práctico en cada versión mejorada de sí mismo. Una sugerencia que propongo a los que rigen nuestros destinos podría ser la de sustituir el mes de Enero por este mes de Septiembre, con su correspondiente  “toma de las uvas” en la Plaza del Arenal, donde de seguro pasaríamos menos frio. Pero tengo más premisas para pedir este cambio. A saber.   Septiembre es el verdadero mes del inicio de todo, desde las dietas milagrosas hasta las ligas deportivas; desde las agendas escolares hasta la vuelta a la rutina por parte de padres, maestros, babis,… Es en este mes donde uno vuelve a descolgar del armario los pantalones largos, a calzarse el reloj para que éste marque de nuevo los tempos, donde ir a comprar el Diario o echar una quiniela supone un ejerci