Si
miras desde cualquier rincón sentirás su aroma agarrarse con fuerza al aire; si
oteas en el horizonte, la envoltura de sus sueños comienzan a abrirse con
pausa; si escuchas a la tarde robarle pellizcos al sol, sus huellas comienzan a
trepar por las almenas.
Pero
no se atreve a pasar del todo. Hay algo que se lo impide. Hay algo que le
amarra la cintura y no le deja franquear la puerta para caminar de manera libre
por senderos donde antaño sus pies respiraron.
Aquellos
que creen conocer el carácter que su voz esconde cuentan que todo es cuestión
de tiempo. Y puede ser que ellos lleven razón, pues apenas lleva varias semanas
con el traje de fiesta y las costuras de sus miedos aún no han dado de sí.
La
otra noche volvió su cabeza hacia atrás para ver el camino que surcó hace unos días,
un camino andado entre nervios y utopías, entre perezas y apatías, entre
anhelos y cobardías, y hasta el cielo lloró como sólo sabe llorar él,
masticando la alegría en una tarde de viernes cuando escuchó cómo las sonrisas
de felicidad iban pidiendo paso para garabatear su rostro cada vez que bailaba
quimeras a la sombra de la luna.
Sabe
que su turno al fin ha llegado; siente que sus gritos han sido escuchados en
los fríos del invierno; acaricia las ataduras de sus muñecas que aun queman por
las rozaduras de la espera, y sabe, siente, acaricia el temblor que desemboca
en su labios cada vez que se da cuenta al mirarse en los espejos de que esto
que está viviendo no es un delirio de escribano.
Solo
necesita que las agujas del tiempo abracen un poco más su confianza cuando se tenga
que despertar al alba, y entonces nos daremos cuenta de que con su palabra
estará revistiendo la sangre sobre aquellos corazones que solo se alteran
cuando llega la tan esperada primavera.
Bienvenida
seas.
¿Ves? Con paciencia y perseverancia, todo llega.
ResponderEliminarEnhorabuena
Persiguiendo un sueño todo llega, feliz primavera y en enhorabuena, por tus éxitos en la prensa...genial amigo..
ResponderEliminarMuy bonito, Alberto. Felicidades.
ResponderEliminarComo siempre superándote en cada línea, en cada párrafo, con expresiones llenas de afectividad. La paciencia es esa cualidad tan necesaria sobre todo para las personas que tratamos de educar a los adultos del mañana, esos críos de hoy que tratan de sacarnos de nuestras casillas como es su obligación para hacerse un hueco en esta vida.
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