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Mostrando entradas de agosto, 2013

Verdades

                       Decir la verdad supone asomarse a un espejo donde las aristas que nos empeñamos en ocultar, entre ropajes y maquillajes, quedan al descubierto ante el primer reflejo.   En las últimas horas la alcaldesa de Cádiz ha mostrado una de estas aristas con sus declaraciones, y más de uno de por aquí se ha sentido ofendido y señalado por este comentario. Teófila Martínez ha puesto ante los medios una realidad constatable,  cierta e innegable, faltándole tiempo al pueblo para levantarse en tuits en contra de ella, quedándonos, lamentablemente, en la punta del iceberg. Todo aquel que tiene una cuenta en Twitter sabe que esta red social es gratuita. Pero también sabe -y así lo acepta-, que el soporte para disfrutar de él nos costó, nos cuesta y nos seguirá costando dinero, por mucho que el WiFi sea público o se lo estés robando al vecino. Y a eso se ha referido la edil gaditana, al nivel de prioridades que le damos a las cosas; y como Twitter es muy chivato, no

Rezos a escondidas

Desde hace un tiempo a este parte, ando desquiciado por los nervios. Es mucha tralla la que llevo encima, y ellos se han aprovechado para meterse en mi estómago y no dejarme dormir, no dejarme pensar, no dejarme sosegar mis latidos. A día de hoy, lo he intentado casi todo para que nos llevemos bien, y por ahora lo único que me calma es pasear por Jerez al caer el sol y teniendo como guía al suspiro del viento. Así que a él encomiendo mis pasos y mis rutas nocturnas, a sabiendas de que se ha convertido en la tabla de salvación a la que me aferro desde hace once años, teniendo en cuenta que me puede llevar donde él quiera o disponga, siempre y cuando se detenga un instante ante el azulejo de la Virgen de las Angustias. Una vez allí, busco el silencio de su compañía para silabear una simple oración; acaricio sus dedos para sentir el calor de sus lágrimas; atrapo el eco de sus palabras para seguir mirando a la soledad de lejos;… Al marcharnos de aquel rincón, ambos sal

Pan y Circo.

Parecía que nunca iba a llegar, pero a este verano atípico y sudoroso le quedan escasas horas. Las mentes pensantes de este país ya comienzan a respirar tranquilos por pasillos, televisiones y hemiciclos, prometiéndoles a sus propios cuellos que las corbatas que hoy les aprietan su poca vergüenza pronto volverán a servir como prendas decorativas. Tenían la ardua misión de distraer al populacho español durante al menos dos meses, el tiempo justo que nuestro bien más preciado y exportable, el fútbol , tenía para tomarse un merecido descanso, ora para lamerse sus descendidas heridas , ora para ilusionarse con nuevas categorías. Para ello se han devanado los sesos, cogiendo a un tal Bárcenas como cabeza de turco para que cuando estuviéramos en la orilla de la playa, habláramos de sus cuentas; subieron el recibo de la luz para que fuéramos mejores ciudadanos y no contribuyéramos al calentamiento global, refrescándonos solo con abanicos y revistas; y hablaron varias veces con el p

El Feng Shui

Tengo algunos amigos que cada vez que empiezan una nueva etapa en su vida la inauguran con un nuevo corte de pelo, se compran unos zapatos cómodos para seguir desgastando el camino o hacen borrón y cuenta nueva embadurnando todo su alrededor con lágrimas y clínex. Confiesan que es la única forma que tienen de limpiarse por dentro y por fuera.   En mi caso, cada vez que necesito hacer tabula rasa con algún aspecto de mi vida suelo cambiar los muebles de sitio. Después de diez años, sé de sobra con cual me dolerá la espalda tras desplazarlo y dónde se localizan los tornillos pasados y mohosos.  Es algo que además de relajarme, de renovarme y de sosegarme, me permite girar la cabeza hacia atrás, desprenderme de aquello que ya no suelo utilizar y rebuscar el reflejo de lo que soy en los recodos de mis logros y mis fracasos: ahí es donde me doy cuenta de hasta donde he sido capaz de llegar. Es lo que algunos chinos denominan el Feng-shui , un “ancestral sistema que se basa e

Se equivocó

               Se equivocó el de la Gaviota                Se equivocaba.                Por ser del Norte, y no del Sur,                Por confiar en él y no en Bárcenas,                Se equivocaba                … Sucedió el pasado 1 de agosto. La canícula veraniega comenzaba de nuevo a asomarse por las ventanas de nuestra malherida Hispania, cuando el Presidente del Gobierno, ese buque insignia que navega por los mares de Europa con mano firme y germana, tuvo el detalle de mostrarse ante su pueblo para ponernos los puntos sobre las íes. A sabiendas del día que era, cuentan las crónicas que se despidió de Elvira prometiéndole que “ a eso del mediodía todo habrá acabado cariño. Pronto estaremos en el pazo de Doñana; estate atenta al móvil, y cuando te dé un toque, me esperas en la puerta ”. Dicho y hecho. A eso de las doce la familia Rajoy se ponía en carretera, con la música del Kiss FM de fondo y el colmillo relamido de Mariano reflejándose en el espej