Ir al contenido principal

Aquel amor inmortal



Hacía años que se esquivaban la mirada. Se sentían cerca el uno del otro -pues respiraban bajo el mismo techo-, pero llevaban varias décadas sin sentirse, sin rozarse, sin sufrirse como lo hicieron antaño.  

Ambos escucharon muchas veces eso de que hay amores que son malditos… pero a la vez inmortales… y este podría ser uno de ellos.

Aquellos que tuvieron la suerte de verlos juntos siempre supieron que los dos fueron felices; él vaciándose en cada nueva pedalada… y ella ofreciendo lo mejor de sí misma en cada nuevo empuje, en cada nueva curva, en cada nueva aventura.

Nunca les importó ni la hora, ni el día, ni el cansancio…

Cuando se fundían entre sudores -por sus venas y sus tubulares-, notaban navegar sobre su piel a la libertad; contaban que hasta a la propia sombra le costaba trabajo perfilarse sobre la carretera.

Sin embargo, el destino suele esconder piedras en el camino difícil de entender, difícil de sortear, difícil de aceptar… y tras la caída más inocente todo se truncó.   

Tras aquello, jamás hubo una mala palabra, un reproche alimentado de maldad, un lamento a lo que sucedió.

Pasó porque estaba escrito en aquella hoja de ruta.

En aquel trozo de asfalto no sólo se quedó para siempre la sangre y el sudor de un enamorado de la bicicleta, sino centenares de lágrimas calladas… pues ellas supieron antes que nadie que aquel sería el final.

Siempre me pregunté si alguna vez volvería a verlos por algún rincón de nuestra ciudad… y la otra tarde -en medio de esta fiesta montada alrededor del inicio de la Vuelta-, los vi cogidos de la mano, sin miedo al dolor y con la mirada ilusionada que de vez en cuando envuelve a los amantes.


Creo que al fin han aceptado que por mucho que pase el tiempo… su amor seguirá siendo inmortal.  

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo me enamoré de ti..

           Permíteme que levante la mano y que escriba lo que mi corazón siente cuando tu nombre seduce una vez más a mis labios. Permíteme que sea un arrabalero más entre la chusma selecta que escoge tus canciones para poder vivir sin anclajes sobre los atardeceres apaleados de este mundo.   Permíteme que me empape una vez más de tu pluma, del brillo bohemio de tus ojos, de tus muñecas condenadas, atadas y maniatadas a una guitarra y que sólo se liberan cuando tu voz le susurra a Cádiz que esa costilla de tierra millonaria es tu única patria, tu único cielo, tu único universo. Ser de ti es un lujo que la vida me tenía reservado en la esquina   de un pasodoble interminable, de esos que tú compones sin miedo, sin coloretes, sin purpurina caduca y sin febrero que deshojar, y que cuando mi garganta me lo canta por lo bajini, mi piel se eriza y se desgarra como si yo fuera un nostálgico comparsista que se la da de artista.   Juan Carlos , cuando la vida se me tuerc

Se muere...

El centro de Jerez se muere. Está sentenciado. No tiene remedio; lleva meses desahuciado, y sólo falta poner sobre su lápida vital la fecha de su defunción. Duele escribir con la cólera entre los dedos y la impotencia en los labios, pero más duele ver como el jerezano de a pie mira para otro lado y saca su mirada conformista una vez más. Y como yo escribo en base a lo que siento, y de conformista ya me queda poco, junto palabras desde la rabia, la furia y la resignación que me trasmiten los ojos de esos amigos que en su día apostaron sus ahorros y sus sueños en levantar un negocio en el centro, … y ahora ven cómo el centro se va convirtiendo en un desolador cementerio. Y ya saben lo que uno encuentra cuando visita campo santo: recuerdos, nostalgias, humedades, … Quizás por eso las grandes firmas huyan despavoridas de sus enclaves estratégicos sin mirar atrás, antes de que sus clientes les paguen con coronas de flores. Quizás tenga que ver algo las chapuzas de a

Un eterno hombre COBARDE... y sus ETERNOS hombres bonitos

Cádiz, ven.. déjame que te tome de la cintura para dar un paseo por la orilla de tus susurros, y permíteme que dibuje sobre la caricia de cada ola la historia de un niño que se hizo grande entre cobardes y milagros . Prometo que no te entretendré mucho.. Sé que llevas unos días cosiéndole al atardecer sombras y ecos donde los suspiros pedirán perderse entre tipos y coloretes; sé que estas sacándole brillo a los zaguanes de las casapuertas para que las voces que hablan por ti contagien de vida a propios y a extraños; sé que te están dejando reluciente ese castillo de papelillos donde las ilusiones se maquillan con esperas y nervios;… pero yo necesito contarte la historia de uno de los tuyos. Así que, descálzate y ponte cómoda.. Se trata de uno de esos requiebros al que tú le distes la vida -un mes de febrero-, y que nació con el don de quererte y de llevarte entre sonrisillas por todos los confines del mundo. Se trata de uno de esos locos de atar que doremif