Por una vez en mucho tiempo, los jerezanos estamos
siendo los mejores embajadores de nosotros mismos, de nuestra bendita tierra y
de nuestra forma de ser y entender la vida.
Hemos
dejado a un lado la envidia y esa sensación que nos abraza cada noche de que
somos inferiores al resto del mundo, y como una llamada a filas hemos levantado
nuestra cabeza para sentirnos orgullosos del latido de nuestra piel.
Y
la culpa de todo esto la tiene esa etiqueta o “hashtag” que circula por las
redes sociales con el nombre de #roneadejerez.
La
idea surge hace unos días en un viaje a Málaga que llevan a cabo, entre risas y
confesiones, un par de amigos que se admiran -y que se quieren-, a partes
iguales…
Son
David Gallardo y su compare Luis Lara, dos jerezanos de cuna que enarbolan la
bandera de nuestro Jerez allá por donde pisan sus pies, demostrándonos que no
somos tan malos como algunos nos quieren hacer ver.
Háganme
caso y vean lo bueno que tenemos a dos pasos de nosotros mismos, cerquita de
nuestras casas, y siéntase un afortunado por vivir en esta bendita tierra.
Podrá
encontrar desde el perfil del Prendimiento hasta el tesoro que se almacena en el
silencio de las bodegas; podrá ver el brillo de una copa de vino con el atrezo
único que nos da el edificio del Gallo Azul; sentir al aire corretear por las
entrañas del barrio de San Miguel al caer la tarde o perderse por los quejíos de la Paquera, de
Lola o de Jesús Méndez.
Caballos
danzando por bulerías, puestas de sol enamorando a los viñedos, El Canijo y David
de María pellizcando sones para que alma sonría al ver la luz que desprenden
los ojos de María Espejo…
Y
es que ronear de Jerez puede estar al alcance de todo el mundo…
Viva
nuestra tierra caramba!!!
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