Se
abre el telón y se ve a la alcaldesa del municipio más endeudado de España
sentada sobre una pila de libros. Va vestida con sus mejores galas, estrena
peinado y esta vez sus zapatos son cerrados; con la caló que hace la mujer
está haciendo un podé.
Se levanta con
tranquilidad, desafía al público asistente y con el micrófono en la mano suelta
aquello de…
…“Querido pueblo, vuestra alcalda se sabe poesías de Alberti de
memoria. A Pemán no llegué. Así que el busto que tenemos en el hall del
teatro lo vamos a quitar y a colocar en mi cuenta de EBay, a ver si sacamos
algo y terminamos de una vez el carril bici.”
El pueblo -sumiso e impaciente-,
reacciona con una salva de aplausos y vítores que aún colean por las callejas y
plazas del lugar…
Y la pregunta es
sencilla… ¿De qué lugar les estoy hablando en esta ocasión?
Pues si señores, les
hablo de este pueblo de mis debilidades que lleva días rasgándose las
vestiduras y maldiciendo a aquellos que en estos momentos gobiernan los hilos
de mi Jerez,… y que da la casualidad que son los mismos que no tenían ni pajolera
idea de quien fue Pemán,… y mucho menos que hubiera un busto de su figura en el
hall del Teatro Villamarta.
Y la gracia de todo
reside en que la alcaldesa nos ha dado a muchos una guantá sin manos en
cuanto a la sapiencia de nuestras cosas,… porque si la mujer no suelta esta
lapidaria frase, les aseguro a ustedes que ni la que trabaja en el teatro
sacándole brillo al busto sabría decirnos quién es el dueño de aquella mirada.
Pero es muy de Jerez
eso de sentirse ofendido… cuando quizás la ofensa seamos nosotros mismos por no
querernos conocer.
Ainssss, qué será de
nosotros el día que nos encontremos…
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