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Mostrando entradas de marzo, 2016

Estamos todos invitados..

         Sin apenas darnos cuenta, la semana del año que detiene los pulsos del reloj de los cofrades ha dado comienzo, y las primeras pisadas de nazarenos se han quedado prendadas sobre los adoquines de la ciudad, desabrochando promesas e ilusiones. Es la cita remarcada en el calendario que a algunos nos da la vida mientras que a otros le sale sarpullidos por la piel con tan solo detenerse en ella. En esta semana -entre palcos y atascos-, nuestra ciudad se perfuma, se calza zapatos cómodos, se maquilla sus penas y se va al encuentro de ese Dios al que algunos le rezan en estampitas, otros lo hacen en recuerdos y algunos privilegiados tienen la suerte de hacerlo in situ en aquellas Iglesias que no le tienen miedo a abrir sus puertas con la que nos está cayendo. Pero este encuentro con las respuestas a muchas de nuestras preguntas no sólo lo propiciamos nosotros. Me consta que a ese Dios barnizado en maderas y ropajes también le gusta que al menos durante una semana

Gallardo, el nieto..

Regresando a casa la otra noche, un buen amigo me confesó que últimamente cada vez que se sienta a escribir -ya sea por encargo o por devoción-, se presagia más torpe y con más dudas a la hora de juntar palabras. Al escucharlo, sus secretos me resultaron familiares, percatándome de cuánto nos cuesta a algunos desnudar nuestra alma de tarde en tarde… Pero existe un abismo entre él y yo. Nieto e hijo de ese apellido que Jerez debería de llevar hilvanado eternamente en los confines de sus fronteras, a Antonio Gallardo Monje le sobra ingenio para expresar lo que por su mente deambula y dejar por escrito lo que su mirada tanto echa de menos. La última prueba de ello fue lo que le contó en voz bajita a la Virgen de la Amargura el pasado sábado, siendo más Gallardo que nunca tras el atril ya que al fin dejó que su voz se asonantara entre plegarias y sonetos. Fue una delicia escucharte una vez más. Amigo, intuyo la presión que tienes que soportar cada vez que ab