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Mostrando entradas de septiembre, 2016

Fue un suspiro...

Fue un suspiro.. Contenido, silencioso, amargo. Un instante.. Esquinado, rebelde, callado. De Ti brotaban mis heridas; mis heridas se perdían por tus costados. Y quise aguantarme el llanto, y el llanto calaba por los brazos, las muñecas, las arrugas de mis manos; manos que querían prenderse a Ti como lo hace el aire a los años. Fue un sólo momento.. Ese en el que los dos nos encontramos; yo llegaba con la pena descalza y Tú estabas anclado a la cruz de mis pecados. Y al verte, me quedé cosido a Ti , tal y como le sucede a la primavera con los ocasos; o a la llama de los cirios con los primeros arrumacos; o al desgaste de los besos de dos amantes desesperados... que dan su vida por consumirse en los labios del amado. Fue un pellizco en el alma.. Fue un renglón equivocado.. Fue la certeza absoluta de que no estaba equivocado... Y desde aquella tarde de verano, ando y desando los pasos, a sabiendas de que en las esquinas, Tú me estarás esp

En tus zapatos...

En tus zapatos… y en los míos es la frase escogida este año por los colegios y escuelas infantiles de Jesús-María para concienciar a toda la comunidad educativa de que no estamos solos en este camino que llamamos vida. Es una frase que adorna nuestras aulas, nuestros pasillos y nuestras agendas, y que nuestro alumnado ha hecha suya desde el primer día de curso. Me gusta esta frase. Y me gusta porque guarda en su interior una llamada para que nos detengamos en mitad de nuestro camino -seamos docentes o no-, y observemos mucho más allá de lo que sucede sobre nuestra propia piel. Y es que a veces con las cicatrices y los moratones que llevamos sobre nuestras espaldas tendemos a volvernos egoístas y a dejar de compartirnos; y aquello que no se comparte, tiende a perderse. Entiendo que las circunstancias que rodean a cada uno nos hace a veces pensar que nuestros problemas y agobios son únicos, asumo que a ciertas edades tenemos cargas familiares, profesionales y p

Asaltar el Congreso

          Maquiavelo definió la política como el arte de lo posible, versión que nuestra casta política se ha encargado de versionar a lo largo de estos meses para definirla como el arte de lo imposible. Imposible formar gobierno, imposible creer en la mayoría de ellos, imposible no alterarse cuando comparten sus discursos y arengas… Dicen los analistas políticos que lo que están llevando a cabo nuestros dirigentes es un arte nuevo; para mí lo único que están demostrando es que son unos egoístas, unos miserables y unos mezquinos, y que este país y estos ciudadanos no se merecen que estos señores los gobiernen. Están demostrando que les importamos muy poco. Que nuestros problemas carecen de preocupación para ellos y que nos están dibujando un presente tintado de sombras oscuras y de desesperanzas negras. Sólo piensan en ellos y en los dividendos que les reportará sus años de servicio a esta patria que tienen patas arriba y con las carnes abiertas. Y lo peor de to