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Mostrando entradas de octubre, 2016

Mirando al cielo...

Lleva varias semanas sin poder conciliar el sueño; se pasa las noches deshojando miradas a la luna tras el visillo de su dormitorio y siente una punzada a la altura del pecho cada vez que entra en la cocina y se calienta un vaso de leche. Noviembre se asoma por la rendija de sus nostalgias y la pone enferma el recuerdo que provoca en sus bolsillos. Y es que sus bolsillos están tiznados de lutos desde que la vida le obligó a despedirse del amor de su vida; y el hilo de esa costura está hilvanado con el aroma del mes de los difuntos.    Por eso ella no entiende que sólo nos acordemos de las ausencias una vez al año y que la mayoría de los cristianos pongan el grito en el firmamento de sus creencias ante calabazas y modernidades extranjeras. Ella sabe valorar otras cosas. Por eso se conforma con saber que detrás de las nubes existe una voz que aún le susurra que la quiere; que existe una caricia que por las noches dibuja sobre su piel la palabra felicidad; que ex

El Hijo Pródigo...

Tengo guardado en algún altillo de mis quimeras una pequeña cajita donde se van acumulando aquellas preguntas y dudas que los años van dejando sin resolver, y uno de estos interrogantes que se clavan en mi mente como si fuese un alfiler ausente de color tiene al Señor del Prendimiento como tilde y acento. Y es que… ¿Qué tiene tu cara Prendimiento? Y tus manos, ¿que se esconden bajo las arrugas de tus manos? Y Tú mirada... Tus hechuras… Tus silencios... ¿Hay alguien en alguna parte de este mundo que me explique que tienes, que eres, que me provocas en las entrañas de mi alma cuando te tengo enfrente y te miro… y solo puedo guardar lágrimas y suspiros? Porque eres… El lirio desamparao que tiene las llaves del firmamento.. El que le da compás a las bulerías… El que colorea los lunares a los delantales con los que se va amasando la vida en un patio de vecinos.. El que enreda con quejios los roetes de las abuelas.. El que escucha las penitas de

Desván de Miradas...

Un escritor es su mirada.. Me gusta saborear en silencio ese momento en el que abro la ventana y veo cómo abres los ojos y recuentas sueños y suspiros.. Tengo ganas de que el sol del invierno se cuele por mi piel cuando vaya a buscarte por los callejones de la memoria.. Tendrás que fusilarme la memoria para que me olvide de ti.. Si me dejaras tu piel, cada mañana dibujaría tu nombre al compás de mis latidos.. Todos tus defecto los borras con la más simple de las sonrisas..   Sé que cuando mis gritos se convierten en alaridos de dolor, tu mirada se hace presente para sosegarme ..  No me gusta el silencio absoluto; prefiero oír levemente la vida a mi alrededor.. Déjate atrapar por mis dedos, que sobre tu espalda trazarán un horizonte de miradas antes de que el sol vaya a tostar otras pieles.. Entre las malezas de las preocupaciones.. puedes intuir que siempre hay una luz de esperanza..  Cada vez que cierro los ojos

Una mísera firma..

Será cosa de este clima o que por desgracia por la mañana disfruto de más tiempo libre del que yo quisiera tener, pero tengo la sensación al pisar el centro que estoy rodeado de extraños y extranjeros. Personas que nos visitan con una sonrisa en la cara, prisas en los andares y una mochila a la espalda cargada de botellas de agua, mapas y abanicos. Personas que al fin y al cabo se maravillan de todo lo que nuestra ciudad les ofrece, desde bodegas que aún se pueden visitar hasta un espectáculo único en el mundo donde el caballo es el protagonista principal, pasando por decenas de bares donde degustar tapas y viandas que de seguro jamás olvidarán. Y a estos visitantes también les ofrecemos -sin que nos cueste un duro-, la posibilidad de que en sus paseos por el centro vean fachadas de edificios históricos, desde palacios hasta iglesias, eso sí, la mayoría de estas cerradas a cal y canto; el día que entendamos el valor que supone tener a Dios tan cerca… Un ejemplo se