Ir al contenido principal

40 días...


El calendario rachea sus días en torno al mes de marzo para ir, poco a poco, desabrochando su pecho y buscando versos para enamorar a la luna sobre el horizonte de los inciensos.

Las nubes pasan por los alrededores de las iglesias y se santiguan ante los viejos azulejos, queriendo quedarse a vivir en el zaguán de la espera, de ahí que estén llorando como lo están haciendo en estos días.

En las casas de los que somos cofrades, el café huele a torrija, las túnicas empiezan a bostezar sueños y se conjuga la mirada con el verbo “fe”, esa escama que nos hace diferentes ante el resto de los humanos.

En las casas de hermandad, la plata se pone guapa, el ajetreo hace que se llegue al hogar de madrugada y el que se cree alguien en este orbe cofrade, empieza a dejarse ver para sentirse importante.

El recuerdo subraya al hermano que falta, mientras que las sonrisas se comparten cuando una nueva huella se saca su papeleta de sitio.

Los balcones blanquean sus barandas canturreando letrillas de saetas, y los adoquines hacen izquierdos ante la bulla impaciente de los que van y vienen de besar las manos a esas sagradas imágenes, epicentro de nuestras vidas, mal que les pese a algunos ciegos de envidia. 

Los altares de culto iluminan el rostro de ese Dios en madera que clava su mirada en el ojal de nuestros silencios, mientras que su bendita Madre va remendando sus enaguas sobre las promesas calladas, tal y como hacen nuestras abuelas en los dobladillos de nuestros hábitos nazarenos. 

Las alpargatas ansían sus relevos; el aire pretende alquilar alguna esquina para quedarse a vivir en ella y el tiempo descuenta segundos entre nervios y nostalgias.

Tan solo queda cerrar los ojos, acallar la espera y ver cómo el alma respira, siente, se emociona…

40 días… bienaventurada cuaresma.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo me enamoré de ti..

           Permíteme que levante la mano y que escriba lo que mi corazón siente cuando tu nombre seduce una vez más a mis labios. Permíteme que sea un arrabalero más entre la chusma selecta que escoge tus canciones para poder vivir sin anclajes sobre los atardeceres apaleados de este mundo.   Permíteme que me empape una vez más de tu pluma, del brillo bohemio de tus ojos, de tus muñecas condenadas, atadas y maniatadas a una guitarra y que sólo se liberan cuando tu voz le susurra a Cádiz que esa costilla de tierra millonaria es tu única patria, tu único cielo, tu único universo. Ser de ti es un lujo que la vida me tenía reservado en la esquina   de un pasodoble interminable, de esos que tú compones sin miedo, sin coloretes, sin purpurina caduca y sin febrero que deshojar, y que cuando mi garganta me lo canta por lo bajini, mi piel se eriza y se desgarra como si yo fuera un nostálgico comparsista que se la da de artista.   Juan Carlos , cuando la vida se me tuerc

Se muere...

El centro de Jerez se muere. Está sentenciado. No tiene remedio; lleva meses desahuciado, y sólo falta poner sobre su lápida vital la fecha de su defunción. Duele escribir con la cólera entre los dedos y la impotencia en los labios, pero más duele ver como el jerezano de a pie mira para otro lado y saca su mirada conformista una vez más. Y como yo escribo en base a lo que siento, y de conformista ya me queda poco, junto palabras desde la rabia, la furia y la resignación que me trasmiten los ojos de esos amigos que en su día apostaron sus ahorros y sus sueños en levantar un negocio en el centro, … y ahora ven cómo el centro se va convirtiendo en un desolador cementerio. Y ya saben lo que uno encuentra cuando visita campo santo: recuerdos, nostalgias, humedades, … Quizás por eso las grandes firmas huyan despavoridas de sus enclaves estratégicos sin mirar atrás, antes de que sus clientes les paguen con coronas de flores. Quizás tenga que ver algo las chapuzas de a

Un eterno hombre COBARDE... y sus ETERNOS hombres bonitos

Cádiz, ven.. déjame que te tome de la cintura para dar un paseo por la orilla de tus susurros, y permíteme que dibuje sobre la caricia de cada ola la historia de un niño que se hizo grande entre cobardes y milagros . Prometo que no te entretendré mucho.. Sé que llevas unos días cosiéndole al atardecer sombras y ecos donde los suspiros pedirán perderse entre tipos y coloretes; sé que estas sacándole brillo a los zaguanes de las casapuertas para que las voces que hablan por ti contagien de vida a propios y a extraños; sé que te están dejando reluciente ese castillo de papelillos donde las ilusiones se maquillan con esperas y nervios;… pero yo necesito contarte la historia de uno de los tuyos. Así que, descálzate y ponte cómoda.. Se trata de uno de esos requiebros al que tú le distes la vida -un mes de febrero-, y que nació con el don de quererte y de llevarte entre sonrisillas por todos los confines del mundo. Se trata de uno de esos locos de atar que doremif